Según las experiencias y testimonios de mis amigos, era casi imposible que Rosita [lamentablemente no pude conseguir una foto de ella, pero se ve maso menos así] me de el curso que quería; pero ¡oh sorpresa! no me hizo ningún tipo de lío. Es más, se portó tan bien conmigo que estuve pensando seriamente en meterle un super agarre sabrozón y suicida. Gracias a Dios, la otra secretaria de la facultad entró en el momento preciso para impedir que lleve a cabo el peor acto de espontaneidad de mi vida [ojala se hayan dado cuenta que es UNA BROMA]
Me quedan solo dos días para empezar este nuevo calvario. Todo sea por ver a mi viejos contentos cuando por fin -después de siete años- reciba mi diploma de bachiller. Claro que el próximo ciclo tengo que regresar a llevar los cursos que debo, pero ya es un trámite más relajado. Papelito manda
1 comentario:
HASTA AQUI LLEGUE, LE PERDI EL HILO
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