28/5/07

Érase una vez...(cuentito con connotaciones sexuales referido a la Cosa que Odio n°2)

Una vez entró al mercado de las golosinas el chupete más exquisito que los niños jamás se pudieron imaginar. La parte del caramelo era deliciosa, pero el centro líquido simplemente no tenía comparación. No importa si es que el sabor del caramelo durara solamente unos minutos en la boca, ni el del centro líquido durara apenas unos segundos. Ese chupete valía cada centavo, y más.


* * *


Edwin, era un niño que amaba a su mami, pero que no podía comer chupetes porque no lo dejaba. Por eso pasaba sus noches buscando el internet imagenes de chupetes y comiendo caramelos. No era igual. Un día por fin vio la publicidad de "el chupete más exquisito que los niños se puedan imaginar". Casi no pudo contener la emoción.




Edwin rogó a su mamá -a la que amaba- para que le deje probar esa maravilla. Despues de mucho suplicar y de demacrar sus rodillas, su mamá por fin acepto. La amó aún más. Sin embargo Edwin tenía que pasar un periodo de prueba. Tenía que demostrar que era digno de probar el chupete. Para esto su mamá -a la que amaba- le dió una serie de pruebas para probar su amor por ella y así ganar el premio. Edwin limpió todos los dias su casa, hizo el mercado, cocinó, obtuvo las mejores notas en el colegio, siempre estaba impecable y sus modales eran refinadísimos.





Siguió siendo ejemplar por mucho tiempo más. Sentía que poco a poco se acercaba más y más a su objetivo. Por un, una mañana su mamá, a la que amaba, le dijo que esa noche le iba a comprar "el chupete más exquisito que los niños jamas pudieran imaginar. Por fin habían acabado los días de bajar imagenes de internet (quizás no) y de conformarse con caramelos. Esa noche llego su mamá con el chupete. Edwin lo abrió cuidadosamente, lo lamio despacio, disfrutando cada segundo, pero estaba desesperado por llegar al centro líquido. Continuó, cada vez más ansioso. Cuando estaba a una lamida de llegar al centro líquido, su mamá le quitó el chupete y lo tiró a la basura.

Edwin amaba a su mamá más que a nada; pero ese dia la mató.





-Fin-



2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo también la mato!!! pobre muchacho, no hay cosa que joda más que dejarte sin el centro liquido. he dicho!!!

Anónimo dijo...

yo también la mato!!! pobre muchacho, no hay cosa que joda más que dejarte sin el centro liquido. he dicho!!!